FIRMAN PACTO DE SILENCIO DELFINA, CERVANTESY CASTAÑEDA TRAS ZIPIZAPE POLICIAL EN ECATEPEC
Por José Santos Navarro
Un auténtico pacto de silencio, acordaron la gobernadora Delfina Gómez, el fiscal, José Luis Cervantes y el secretario de Seguridad Estatal, Cristóbal Castañeda, esconder la realidad, la corrupción policiaca que aún se sufre en el Estado de México, esto, tras el bochornoso espectáculo donde policías de las dos dependencias se enfrentaron a golpes, sacaron las armas y bajo una lluvia de amenazas, finalmente, los policías estatales lograron rescatar a sus tres compañeros acusados de extorsión.
Este lamentable espectáculo que se registró el pasado 5 de diciembre fue grabado y subido a las redes sociales y se transmitió en los principales noticieros de la televisión esa misma tarde-noche y, cuando se esperaba un golpe de autoridad, de poner en claro las cosas y castigar a los policías corruptos, no fue así, la gobernadora Delfina Gómez, José Luis Cervantes, fiscal general y Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad guardaron silencio. Sólo se conoció -para enfriar el asunto- que elementos de uno y otro grupo habían sido separados del cargo.
Ante este grave ejemplo de desorden, de anarquía, de que aún en todas las policías del Estado de México (policía de Investigación o ministerial de la FJGEM, policía estatal de la SSEM y las 125 policías municipales, aún existe una total desincronización, corrupción e impunidad, porque, en el discurso político y en las tradicionales y famosas mesas de la Paz que encabeza semanalmente la maestra Delfina Gómez, se dan datos muy bonitos, números y porcentajes de que la delincuencia va a la baja, sí, quizá, pero la corrupción policiaca sigue a la alta, más en este mes de diciembre, donde el pueblo se convierte en botín.
EL HECHO
Todo inició la tarde el pasado jueves 5 de diciembre cuando elementos de la policía de Investigación de la FGJEM, detuvieron a tres policías estatales de la SSEM, acusados de extorsión. Los presuntos uniformados extorsionadores fueron sorprendidos y presentados en el Centro de Justicia la Palma, ubicado en el centro de Ecatepec, para ser presentados ante el ministerio público. Hasta ahí, llegó un “ejército” de policías estatales para “rescatar” a sus compañeros, quizá porque eran inocentes o, por temor a que soltaran la lengua y la investigación se extendiera hacia otros mandos.
Los policías estatales -de la llamada área de Inteligencia- llegaron en “pandilla” con armas desenfundadas para rescatar a sus compañeros. Inició el caos, empujones, ofensas, advertencias, amenazas y pasaron a los golpes. La trifulca se generalizó, el asunto estaba ya muy caliente, cuando de pronto -quizá de muy arriba- llegó la orden de liberar a los policías retenidos y, fue entonces, que aparentemente volvió la calma, pero, hay policías de uno y otro bando que seguramente no se quedarán con los golpes. Ellos se conocen y las amenazas quedaron ahí, en el aire. Ahora será asunto personal entre policías de uno y otro bando.
De estos hechos transcurrió más de una semana y, al cierre de esta edición -13 de diciembre- el silencio era rotundo. Quizá la gobernadora Delfina Gómez, el fiscal general José Luis Cervantes y el secretario de Seguridad, Cristóbal Carmona, acordaron un pacto de silencio, cómplice para dejar que el tiempo pase, que el asunto se enfríe y todo quede igual, pero, sería este suceso, justo lo que necesitaba la gobernadora para demostrar en los hechos su mano dura, de que su palabra de poner orden, disciplina, no mentir, no robar y no engañar, es el momento de dar un golpe duro en la mesa, que se investigue y se castigue a los policías de uno y otro bando que hayan incurrido en lo ilegal. De lo contrario, la extorsión de policías a los automovilistas seguirá siendo una realidad, una promesa incumplida.
Información obtenida y ya publicada por este Semanario MI CORRESPONSAL conoció de fuentes allegadas a la SSEM que derivado de la zacapela entre policías dentro y fuera del Centro de Justicia de la Palma, ubicado en el municipio de Ecatepec, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, informó que separó del cargo a tres agentes de la Policía de Investigación (PDI).
Por su parte la Secretaría de Seguridad Estatal (SSEM) también desincorporo de sus funciones a cuatro elementos de la Célula de Investigación de la Dirección General de Combate al Robo de Vehículos y Transporte quienes se vieron involucrados en este penoso evento; además a ocho uniformados de la Coordinación de Ecatepec.
Asimismo, se mandó a la congeladora a un elemento de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito de Ecatepec y uno más de la Policía Estatal, identificados como KEVIN y SALVADOR, ambos fueron puestos a disposición del agente del Ministerio Público por su posible participación en la comisión del delito de extorsión. El representante social también recibió la puesta a disposición de SALVADOR «N», quien es investigado por su supuesta participación en delitos contra la salud.
“ENJAMBRE”
Por otra parte en el “Día del Policía Mexiquense” celebrado el 11 de diciembre en el Estadio Nemesio Diez, el secretario de Seguridad, Cristóbal Castañeda Camarillo, manifestó de manera cínica que se requiere de servidores públicos honestos, razón por la que no les temblará la mano con la “Operación Enjambre”.
Trato de justificarse al decir que seis meses han buscado hacer cambios en la Policía Estatal, pues el principal problema es la mala percepción de los mexiquenses respecto a sus funcionarios y enfatizó al señalar que la “Operación Enjambre” continuará
Aclaró que el mismo continúa, porque, lamentó, que aún hay malos funcionarios portando uniforme, por lo que el llamado también es al interior de la secretaría. “Es un mensaje al interior de la cooperación si hay algún elemento que se desvía del camino, pues obviamente tendremos que actuar en consecuencia, el mensaje también es para los integrantes de la corporación”.
El encargado de la Policía estatal también solicitó a los cuerpos de seguridad terminar con “la gata”, dádivas, porque de lo contrario se tomarán acciones jurídicas y administrativas, incluido la baja de la corporación.