TOLUCA DEJO DE SER CAPITAL DEL CHORIZO PARA CONVERTIRSE EN TIERRA NARCA
Toluca, que durante décadas fue el principal nido de la élite política del PRI, tierra Santa del Grupo Atlacomulco, donde Arturo Montiel, Enrique Peña Nieto, Eruviel Ávila, Alfredo del Mazo Maza y muchos otros distinguidos priístas, utilizaron como capital del mundo, está por volver a ser simplemente la capital del chorizo.
Detrás del escándalo político-policiaco que dejó el ex alcalde priísta Raymundo Martínez, quien todavía alcanzó la gracia y la amistad de una justicia amiga que, en vez de tenerlo en la cárcel por el delito de secuestro exprés, violencia de género y sexual, la justicia amiga, la justicia mexiquense -que hoy está en paro-, le aprobó la prisión domiciliaria.
En su lugar quedó otro priísta, Juan Maccise que, quienes lo conocen y saben de dónde viene y de qué pie cojea, dejará el cargo el próximo 1 de enero de 2025, pero, resulta que este político quien se sacó la lotería priísta ha mejorado ostensiblemente su patrimonio. Muchos lo saben y conocen de su origen clase media y, hoy, a unos meses de ostentar el cargo de alcalde de Toluca ya es un nuevo rico.
Diputado tres años y uno de presidente municipal no es para alcanzar la fortuna y conducirse como una celebridad con guardaespaldas para él, novia, amigos y familia, camionetas blindadas, comidas en restaurantes y todos los lujos que desee y se le ocurran. Él, que se decía diferente, resultó igual o peor que aquellos que le antecedieron. Maccise es un claro ejemplo en la política mexicana de que el poder pudre cuando no se está preparado.
Por ello y por muchas cosas más, actualmente Toluca está atrapada por el narco, tiene un legado que no cesa y al contrario va en aumento. Pese a la gravedad de los hechos, ni el propio Maccise Naime ni los integrantes del Cabildo han mencionado el tema públicamente.
La presencia del narcotráfico en Toluca se hizo evidente desde la administración priista de María Elena Barrera Tapia con la detención del líder de La Familia Michoacana, conocido como «El M1», quien era comandante dentro de la policía municipal.
En los últimos tres años, narcomantas, narcofosas, balaceras e incluso una persona colgada han sido evidencia del incremento del crimen organizado en el territorio.
El 18 de enero de 2012, la entonces Procuraduría del Estado de México dio a conocer la detención de Germán Reyes Murguía, alias «El M1». El secretario de Seguridad Ciudadana del estado, Alfredo Castillo, y el procurador Salvador Neme Sastre calificaron la captura como un duro golpe al grupo criminal al que pertenecía.
Este personaje fue miembro de la policía municipal de Toluca durante la administración priista de María Elena Barrera Tapia, con Enrique Peña Nieto como gobernador.
La detención de «El M1» se logró gracias a su compañero de grupo, «El Mata», quien operaba en los municipios de Atizapán de Zaragoza, Nicolás Romero, Jilotzingo, Isidro Fabela y Cuautitlán Izcalli, proporcionando a los agentes ministeriales las características físicas de «El M1».
Para 2015, el entonces presidente municipal priista, Fernando Zamora, volvió a poner el tema del narcotráfico en el centro de la atención debido a una fotografía en la que aparecía posando con un rifle AK-47 junto a Albert González Peña, líder de La Zeta en el sur del Estado de México, quien fue detenido en 2005 y actualmente está preso por narcotráfico.
Otro hecho que reforzó la conexión de Zamora con el crimen organizado fue el nombramiento de Javier Torres García como director de Seguridad Pública, quien había trabajado junto con «El M1» en la corporación municipal durante la gestión de Barrera Tapia.
En 2018, el primer presidente municipal de Morena en Toluca, Juan Rodolfo Sánchez Gómez, reconoció la existencia de al menos tres células delictivas en la ciudad, aunque nunca reveló sus nombres. Durante su segundo año de gestión, se registraron 16 homicidios que él mismo aceptó tenían las características de ejecuciones.
Bajo la administración de otro priista, Raymundo Martínez Carbajal, la presencia del narcotráfico en Toluca fue aún más evidente. En 2023, durante su primer año de gobierno, salió a la luz el tema de las narcofosas tras la captura de «Minimi», jefe de plaza del grupo criminal La Línea. Este sujeto proporcionó la información para ubicar cinco cuerpos enterrados clandestinamente en la delegación de San Cristóbal Huichochitlán.
En julio de ese mismo año, el hallazgo de un cuerpo colgado en un puente peatonal frente a Ciudad Universitaria y dos cartulinas con mensajes donde se mencionaba a La Familia Michoacana y al comandante «Pecha» pusieron a Toluca en el ojo del narcotráfico.
Una lona colocada en los límites entre Toluca y Metepec advertía: “Entra la gente de Comandante Pechas, va a empezar la limpia de vendedores de cristal. Vamos principalmente por ti, Mario Corrales ‘El Chava’, y por ti, Machorra, policía de investigación. Sabemos de lo que hablamos. Atte. Pecha, Familia Michoacana”. Este mensaje evidenciaba la disputa por el control del territorio.
A principios de 2024, el secuestro y la extorsión de comerciantes relacionados con la venta de pollo también encendieron las alarmas.
Recientemente, el actual alcalde priista Juan Maccise Naime ha sido vinculado con un nuevo hecho violento. Hace unos días, una balacera en la plaza comercial Galerías Toluca fue inicialmente atribuida a un conflicto pasional. Sin embargo, una narcomanta colocada cerca del lugar reveló que se trataba de un ataque directo a Salvador Corrales, exagente ministerial involucrado en robo, secuestro y homicidio junto a su hijo y yerno. El mensaje, firmado por La Familia Michoacana, también mencionaba su relación con la comandante «Rojo Activa» y el secretario de Seguridad del Estado de México.
Pese a la gravedad de los hechos, ni el propio Maccise Naime ni los integrantes del Cabildo han mencionado el tema públicamente, a pesar de que cada lunes el alcalde sostiene reuniones de seguridad con los diversos órdenes de gobierno. Toluca cuenta con un cuartel de la Guardia Nacional, pero parece que el tema no es de relevancia para un presidente municipal que ha gastado 51 millones de pesos en aparatos para infraccionar, en lugar de invertir en patrullas o armamento. (Con información de Ad Noticias)