¡GUERRA! ALITO VA CONTRA DEL MAZO; EX GOBERNADORES“PONEN PRECIO” A LA CABEZA DE MORENO CARDENAS

Por José Santos Navarro

En su sexto y último informe de Gobierno, ante el adversario político que le quitó el poder, Alfredo del Mazo Maza se despidió del pueblo mexiquense, entregando malas cuentas al pueblo y pésimas a su partido, el PRI. Deja un tricolor desteñido, una aplanadora vetusta y destartalada, un dinosaurio empachado de corrupción y sin Poder político al Grupo Atlacomulco.
Informó que su gobierno deja un gran legado a los mexiquenses: una de las entidades mejor comunicadas del país, con mayor inversión y muchos otros logros y avances, además de haber enfrentado satisfactoriamente la pandemia del Covid, pero, –lo que no dijo- es que deja al próximo gobierno de Morena, una gran herencia de inseguridad, pobreza, deuda, corrupción e injusticia, pero, sobre todo, con una cruz clavada en el corazón en la Plaza de los Mártires con la leyenda: “Alto al Feminicidio”.
El salario rosa no le alcanzó para esconder la sangre que dejó la ola de inseguridad, violencia y muerte en calles, colonias, pueblos, unidades habitacionales que su gobierno dejó en los 125 municipios a lo largo de seis años, por eso él y el PRI, él y Arturo Montiel, Emilio Chuayffet, César Camacho, Eruviel Ávila Villegas, Enrique Peña Nieto y otros gobernadores priístas que alimentaron gobiernos corruptos, fueron factor decisivo para que perdieran el poder y la confianza del pueblo. Las urnas de ahora en adelante –en todo el país-, serán la peor factura para la élite política.
Como en anteriores gobiernos mexiquenses donde el día del Informe de Gobierno, el ambiente era festivo, de despilfarro, de números alegres y cuentas maquilladas, de entrevistas pagadas en la tele y la radio, ahora no, en este sexto y último Informe de Alfredo del Mazo Maza, hubo austeridad republicana. Por primera vez en casi cien años de gobierno, asistió un presidente de México ajeno a los usos y costumbres de priístas y panistas: Andrés Manuel López Obrador.
La ceremonia en el patio central de Palacio de Gobierno en Toluca, transcurrió en un ambiente de solemnidad, pero con dejo de tristeza: abrazos y sonrisas fingidas entre la vieja y mañosa élite política de lo que queda del PRI. Empresarios amigos, representantes de los poderes Judicial y Legislativo local, invitados especiales y, ahí, al centro, en el corazón de la ceremonia, sentado el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la gobernadora electa del Estado de México, Delfina Gómez.
Alfredo del Mazo Maza leyó su último e histórico informe de gobierno. Se le notaba triste. Quizá por fallarle a su abuelo y a su padre, quienes también fueron gobernadores del Estado de México y, él, Alfredo del Mazo Maza perdió esa valiosa herencia: el Poder político, pero, no fue sólo de él la culpa, él sólo fue el último eslabón de una cancerosa corrupción que sufrió el pueblo mexiquense a través de casi cien años de malos gobiernos priístas, siempre priístas en el Estado de México.
Terminó la larga y aburrida cantaleta de números, logros, avances, conquistas, inversiones para dar paso a los abrazos fingidos de alegría. Se escucharon las clásicas palabras de presunta felicitación, de gusto de volver a verse y de frases huecas que gusta oír a la clase política, la autoalabanza, la sonrisa, el apretón de manos, pero, ahora, todo eso con mesura, porque ahí, entre ellos, estaba el enemigo político, el adversario a vencer: Andrés Manuel López Obrador.
Todo había terminado. Fue entonces que el gobernador Alfredo del Mazo Maza, dejó el atril y se fue directo con el presidente López Obrador con quien se fundió en un fuerte abrazo, se miraron, sonrieron, se estrecharon la mano y, eso, no le cayó bien a la clase priísta, principalmente a su líder nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, quien posteriormente haría fuertes declaraciones en contra de Alfredo del Mazo Maza, al grado de advertir que podría ser expulsado del PRI por sumiso y agachón ante López Obrador, con quien a lo largo de cinco años, ambos manifestaron respeto al cargo y a la persona. Entre el gobierno de Del Mazo y el de AMLO siempre hubo colaboración y apoyo. Así no lo ve Moreno Cárdenas.

DIVISIÓN
Perder el gobierno del Estado de México, ponerse suavecito, abrazar y agradecer su apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador, considerado principal enemigo político del PRI, PAN y PRD, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, anunció que la Comisión de Justicia del partido analiza expulsar del PRI al aún gobernador Alfredo del Mazo Maza, por agachón, sumiso y suavecito.
Pero, en los pasillos de la política nacional corre la versión de que varios ex gobernadores del Edomex, integrantes del aún vivo y poderoso Grupo Atlacomulco, junto con empresarios, se están reagrupando con la intensión de recuperar al PRI nacional para conservar migajas de poder, siendo el primer paso, echar a la calle a Alejandro Moreno y, de ser posible, meterlo a la cárcel por corrupto.
Sobre Alito cabe recordar que a cuatro años de que asumiera la presidencia nacional del PRI, ha perdido 11 estados, conserva solo Coahuila y Durango y ambos ganados en alianza con el PAN y PRD. Será interesante ver este choque de trenes, donde, a todas luces Alito se ve débil e indefenso, si en realidad se reagrupa y fortalece el Grupo Atlacomulco, entonces podría volver esa vieja profecía de que en ellos, emana el Poder.
Fuera del marco del último Informe de Gobierno de Alfredo del Mazo Maza, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, no se aguantó y escupió el veneno y consideró que el efusivo abrazo de Del Mazo con AMLO, fue un “mensaje” que no ha ocurrido con los otros gobernadores: “Y yo siempre he dicho que en este país se debe trabajar con institucionalidad, con respeto, pero no con sumisión”.
Visiblemente molesto, declaró que hay “muchas pruebas” y “a la vista de todos” de la sumisión de Alfredo del Mazo al gobierno de López Obrador. “Nosotros vemos los sucesos como lo que hemos venido constatando, hay sumisión ante el gobierno de la República”.

AMLO
Sobre este tema, la mañana del lunes 4 de septiembre el presidente terminó su conferencia matutina más temprano de lo habitual para asistir al último informe de gobierno del mexiquense. Al comenzar a hablar del tema hizo un reconocimiento al priista.
“Tenemos dos orígenes políticos distintos; sin embargo, nos hemos entendido, se han hecho obras en beneficio del pueblo, del Estado de México, que eso es lo más importante… Podemos tener orígenes partidistas diferentes, distintos, pero como gobernantes debemos siempre de pensar en el pueblo, no puede haber banderías partidistas, tenemos que trabajar juntos y lo hemos logrado porque Alfredo Del Mazo ha sido muy respetuoso, no ha confundido las cosas, no ha hecho politiquería, jamás una declaración en contra del gobierno federal; ha sido muy respetuoso, y se lo agradecemos, se lo reconocemos”, dijo.
Guardó silencio y agregó: “No hemos tenido ningún obstáculo para poder trabajar en el Estado de México (…) En fin, tengo mucho que agradecerle y reconocerle al gobernador del Estado de México”. Se le cuestionó si invitará al priista a sumarse a su gobierno, como ha ocurrido con otros exmandatarios tricolores, dijo: “No sabemos qué decida Alfredo del Mazo hacia adelante, pero con nosotros ha tenido muy buena, mucho muy buena relación”.

LA ESCENA
¡Viva México!, gritó tres veces Del Mazo y al dejar el atril caminó para abrazar a AMLO, lo que no fue bien visto por Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, quien no tardó nada en criticar lo que él consideró una actitud sumisa y agachona del gobernante priísta. A unos pasos del efusivo abrazo, estuvo presente la esposa del mandatario mexiquense, Fernanda Castillo y la aún gobernadora electa, Delfina Gómez.
Durante su discurso, Alfredo del Mazo recordó que el Estado de México es la sede de uno de los tres proyectos de infraestructura más importantes del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador y mencionó el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
“Señor presidente, su presencia permanente en el Estado de México ha sido un impulso que nos ayuda a seguir avanzando. Como humanista y con su sensibilidad en las causas sociales ha construido un legado en la manera de ejercer el servicio público, generando oportunidades en beneficio de los más vulnerables. Durante cinco años caminamos juntos, avanzamos de manera coordinada y compartimos el compromiso de trabajar por el Estado de México”, concluyó.
LA GUERRA
Lo cierto es que dentro del PRI ha iniciado una guerra fratricida, entre hermanos, pero no de sangre. Alejandro Moreno tiene el poder, pero, la vieja clase política del tricolor, los dinosaurios que sobreviven y si echan a andar la vieja aplanadora, seguramente aplastarán a Alito antes de que este expulse del partido a Alfredo del Mazo Maza, que si bien es cierto, es el último eslabón entre el PRI viejo y el PRI nuevo, lo más seguro es que Alito no soporte los “cañonazos” del Grupo Atlacomulco.
Sin duda, será pronto el desenlace al interior del PRI nacional. Un nuevo fracaso en una elección presidencial desatará a los demonios tricolores y, desde ahora, dan por “muerto” a Alito quien está en la mira de viejos, adustos, mañosos, violentos y peligrosos priístas, pero eso sí, vengativos y letales. Todo será cuestión de tiempo para Alito. Del Mazo Maza seguirá caminando dentro o fuera del próximo gobierno federal.