«EL REINO DE LAS MADRINAS» SIMBOLO DE IMPUNIDAD Y CORRUPCION QUE HACE MAS “PUERCA” E “ILUSTRE” A LA FGJEM

CENTRO JUSTICIA

Por GABRIEL RODRIGUEZ

TOLUCA, Méx.- A las afueras de las instalaciones del Centro de Justicia del Tlalnepantla, dependiente de la Fiscalía Regional, a cuyo frente está el recién nombrado en dicho cargo HUGO ROBERTO FLORES VASCONCELOS, el Semanario MI CORRESPONSAL aborda y entrevista a conocido sujeto que tiene de trabajar de “madrina” para agentes de la Policía de Investigación, hace más de 12 años, antes de ser obligado a renunciar a la escoria de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México por transformarse en un desalmado y temido asaltante y secuestrador, delitos que lo llevaron no a la cárcel, sino, finalmente a dejar la hoy fiscalía mexiquense para luego ir en busca de acomodo en las “huestes” pestilentes conformadas por ex policías ministeriales vinculados al bajo mundo del hampa, en particular en los giros de despiadados asaltantes, plagiarios, ladrones de vehículos y de tráiler cargados con mercancía diversa.
Sergio “N” de aproximadamente 58 años de edad, a pesar de su edad, hoy día, forma parte de “EL REINO DE LAS MADRINAS”, dependiente del poderoso “CARTEL-FGJEM-NUEVA GENERACION”, cuyo líder es JOSE LUIS CERVANTES MARTINEZ, exclama de manera ruda y entre palabras altisonantes, pero sin dejar de echar a volar la mente en busca de gratos e ingratos recuerdos que vivió cuando llegó a brillar en todo el esplendor en su carrera policiaca, misma que vio truncada con el tiempo al dedicarse a perpetrar infinidad de felonías que no ha borrado de su cabeza.
“Durante los años que estuve como efectivo de la policía ministerial, vi pasar por la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, hoy estridentemente conocida con la razón social: Fiscalía General de Justicia, que la gran mayoría de los altos y medios mandos contrataban o reclutaban a “madrinas” sicarios, los cuales eran identificados plenamente por la “licencia para matar”.
“Estos eran los malvados, porqué tenían la misión de ejecutar el “asunto” que ellos mismos habían ´puesto. Para que éste saliera como se había planeado, los “ayudantes” o gatilleros contaban con “muro” de una o dos patrullas de la ministerial cuyos ocupantes, no más de 4 eran auténticos agentes de la procuraduría hoy fiscalía. “El Reino de las Madrinas” tiene muchos años de existir y es una área fuera de la ley, pero bien encubierta y fortalecida por la red de corrupción de la FGJEM”.
“La gran mayoría de las fiscalías regionales, entre ellas, la de Vehículos, Transportes, Secuestros, Homicidios e Investigaciones, entre otras, tienen en sus filas a auténticos criminales que en un tiempo no muy lejano fueron comandantes, coordinadores o jefes de grupo”.
Comenta en seguida el usurpador de funciones entrevistado por este rotativo:
“Viene a mi mente que la Procuración Justicia del Estado de México a través del tiempo ha experimentado diversos cambios en el área de seguridad y justicia, protagonizadas por ilustres abogados en Derecho con un curriculum vitae impresionante, entre los que sobresalen en las últimas décadas: Luis Arturo Aguilar Basurto, Gerardo Sánchez Sánchez, Alfonso Navarrete Prida, Abel Villicaña Estrada, Alberto Baz Baz Sacal (“El Babas”), Alfredo Castillo Cervantes, Miguel Angel Contreras Nieto, Alejandro Jaime Gómez Sánchez y José Luis Cervantes Martínez”.
“Todos estos personajes y en especial los dos últimos fiscales en citar, son los principales responsables de que “El Reino de las Madrinas”, al margen de la ley, sea pieza fundamental del resto de las áreas que conforman la “marrana” Fiscalía General de Justicia del Estado de México, siga creciendo de manera avasalladora y alarmante; cáncer que por años es el virus del cual la FGJEM no cuenta con el antídoto o pócima para combatirlo o exterminarlo, cuando de este mal necesario y maligno requiere y se nutre la institución para hacerle frente al crimen organizado, urbano y de alcantarilla”.
El ex agente de la PDI y “madrina” vigente, y aún en activo en las huestes de cuerpo policiaco, precisa al Semanario MI CORRESPONSAL:
“La falta de personal que ha sido de toda la vida y del cual sufre la PDI para efectuar su trabajo, obliga u orilla a altos y medios mandos y otros funcionarios de “cuello blanco y antifaz a buscar aspirantes ilegales para formar parte de la plantilla de la Policía de Investigación fuera, o bien a reclutar a desalmados y temidos rateros que auxilien a los auténticos ministeriales para agarrar rateros. A ese grado ha llegado la FGJEM, vía PDI”.
“Los “madrinas” no cuentan con seguro de vida, pero si con un seguro de muerte. Cuando un “ayudante de la ministerial muere en el cumplimento de su “deber”, para la PDI jamás existió. Sus familiares en la mayoría de las ocasiones pagan los funerales de su “postizo” agente de la Policía de Investigación”.
“Desde que yo recuerdo un gran número de “madrinas” han sido ejecutados por poner o vender a la banda a la que pertenece. Los “soplones” así deben morir”.
“Otros tantos han sido ajusticiados por la propia pareja o por los agentes con los que trabaja porqué según les llegó a “picar los ojos” de un asunto millonario o bien porque no son rentables dichos asuntos”.
“Aún en las filas de la Policía de Investigación hay comandantes regionales, coordinadores o agentes rasos que les han matado a sus “madrinas” durante la ejecución del asunto puesto por su “ayudante”.
“Por lo regular este tipo de “usurpadores de funciones” son encontrados muertos con el tiro de gracia (en alguna zona de la entidad), proveniente presuntamente de un arma de fuego, propiedad de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México”.
“La mayoría de los cadáveres correspondientes a las “madrinas” van a parar a la morgue en calidad de desconocidos y posteriormente ser sepultados en una fosa común como desconocidos, consecuencia de ello, es cuando ya no les sirves a la “tira” y por lo consiguiente te matan para callarte para siempre y así evitar que los delates de todas las fechorías cometidas con el “SOS” o apoyo del singular “ayudante”.
“Al “izquierdo” eliminado, él o los ministeriales lo remplazan en un “cerrar y abrir de ojos” por otro “ayudante” dispuesto a todo y sobre todo a llegar a matar y ni modo, hay que aceptar las condiciones porque dónde vas a encontrar una “chamba” de asaltante, asesino, secuestrador, extorsionador y fabricante de delincuentes a sabiendas que vas a contar con la protección y un sueldo seguro mal habido que te ofrecen quienes te reclutan o contratan”.
Recuerdo, dice el ex policía ministerial y hoy “madrina” en activo de la PDI, de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, quien pide que le llamemos Sergio “N”, de 58 años de edad:
“Hubo una época de equis ex procuradores que la plantilla de los cientos de “madrinas” eran acreedores a “media charola” que los hacían pasar ante la sociedad mexiquense y principalmente en el bajo mundo del hampa como unos “verdaderos judas”.
“Estos “ayudantes” con “media charola”, sí que eran unos auténticos cabrones, de mañas y mala madre. Estos sí que nos respetaban los Derechos Humanos: todo maleante que cayera en sus manos era objeto de cruel martirio”.
“La tortura era muy peculiar que los “madrinas” la practicaran en aquellos bandoleros que caían en sus maquiavélicas manos. En tanto los policías ministeriales solo servían de observadores”.
“El tehuacanazo” por las fosas nasales nunca podía faltar en tan inhumana y diabólica tarea. El hampa extra oficial tenían a su víctima por largo rato con las manos atadas a la espalda; los toques eléctricos en los genitales no podrían faltar; tampoco las quemaduras en diferentes partes del cuerpo con cigarrillos ardientes, el desprendimiento de las uñas de los dedos de las extremidades superiores; los piquetes en las palmas de las manos y plantas de los pies con agujas y la clásica “momia”. Este castigo consistía en amarrar con lazos o vendas a una tabla de madera ancha y larga al bandido para que este finalmente fuese sumergido dentro de una pileta llena de agua por segundos o minutos”.
“Con éstos científicos interrogatorios”, “madrinas” y policías ministeriales hacían cantar “bien y bonito” a su víctima, quien no se escapaba de llegar a sufrir el clásico “bolsazo” que le cubría la cabeza hasta el cuello”.
“Cuando el interrogado estaba por “írseles” a sus verdugos (“madrinas” y policías ministeriales), éstos contaban durante los “interrogatorios científicos” con un agente especialista en primeros auxilios; este último en segundos rescataba de la muerte al “paciente”; y así se repetía una y otra vez la tortura por parte de los “ayudantes” y representantes de la ley en agravio de su víctima, la que finalmente decía lo que querían saber tanto los falsos y verdaderos “hombres del gobierno”.
“Ya con la verdad obtenida, el delincuente detenido y torturado era puesto a disposición del agente del ministerio público correspondiente. Tiempo después de un corto “encierro” la victima de los “madrinas” y ministeriales era puesto en libertad por el juez por falta de elementos”.
“Este era uno más de los productos de la fábrica de delincuentes, con que cuenta actualmente el mundo criminal de ministeriales y sus “postizos” agentes de la PDI”.
“Prácticas que hoy en la actualidad siguen vigentes entre “judas” y “madrinas”. Muchas de éstas últimas se hicieron ricos, potentados empresarios, propietarios de infinidad de propiedades, automóviles, y negocios, productos de su carroñero oficio: usurpador de funciones al servicio de su “hada madrina”: la FGJEM”.
Finalmente relata el ex Policía de la Investigación y actual servidor público “chafaldrana” de la denostada, pusilánime y fullera institución, el cual con un apretón de manos agradeció a éste rotativo dar a conocer una parte de lo “negro más negro” al interior de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México que fortalece y ha permitido el crecimiento de su “Reino de las Madrinas”, donde se dan entrones y cabrones “ayudantes” a diferencia de los cobardes, haraganes y pendejos ministeriales, que ni su arma de fuego y de cargo saben portar, ni mucho menos disparar. En el investigar dan las nalgas, sobre todo aquel “tirita” nuevo que entró a la FGJEM por recomendación, por un billete, por amiguismo y nepotismo que lo hacen sentirse como un actor brillante que nadie lo merece, más que el “CARTEL-FGJEM-NUEVA GENERACION”, cuyo líder es José Luis Cervantes Martínez.